Somos los sin futuro.
Nos han empujado a vivir
en un presente perpetuo,
acelerado y monótono.
– Luciano Concheiro.
Paulina Zamora (Ciudad Mante, 1988) pertenece a la generación de los sin futuro. Ella, como los millones que hemos nacido luego de 1980, siente vibrar en su cuerpo una urgencia impuesta, demandante; vive una existencia espoleada por las exigencias del consumo, la moda, la necesaria actualización perenne. Los días se le hacen cortos para cumplir con todo lo que debe hacer a diario. Y está harta. Fatigada de la inmediatez, Paulina se ha dado a la tarea de encontrar el instante más pequeño, el más trascendental, ese que sucede entre la muerte y la pudrición y lo ha retratado, pero no para congelarlo, sino para alargarlo.
Lo ha captado con una cámara análoga, lo ha fijado en una película de 35 mm que luego ha debido esperar semanas, tal vez meses, para ser revelada y posteriormente impresa en serigrafía, un proceso lento, artesanal que requiere la preparación de tintas, mallas, papeles… pasos y etapas que siguen la una a la otra y que demoran el fin del proceso fotográfico y que, en consecuencia, retardan la llegada de la pudrición, alargan la vigilia de la muerte antes retratada. Paulina, con una exposición de fotografía, con los procesos elegidos para crearla, con el tiempo de exhibición mismo, reta al tiempo y alarga el instante.